EFECTOS DE UN ALTO CONSUMO DE ENERGÍA ELÉCTRICA EN LA TIERRA
Se calcula que para el año 2040 el consumo de energía eléctrica a nivel mundial aumentará en un 30%. Es un dato preocupante si se considera que en la actualidad la generación de energía eléctrica proveniente de la combustión de fósiles es una de las principales fuentes de contaminación.
Del total de las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en el mundo, un importante porcentaje están relacionadas a la producción y consumo de la electricidad. Esto como resultado de los procesos que se utilizan para transformar un combustible fósil en energía eléctrica o térmica.
En México, las tendencias son igual de alarmantes. La Secretaria de Energía calcula que el 79.1% de la energía consumida en el país durante el 2017, se produjo a partir un combustible fósil. Además, se estima que el 99% de los hogares mexicanos cuentan con electricidad, con lo que el ámbito residencial se posiciona dentro de los tres sectores que consumen más energía, junto con el transporte y la industria.
¿Qué efectos producen en el medio ambiente?
Los gases de efecto invernadero relacionados al uso de combustibles fósiles para producir energía eléctrica permanecen por mucho tiempo en la atmósfera. Algunos de estos gases son dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Los que menos duran, permanecen un par de meses, mientras que los que más duran pueden tardar miles de años en desaparecer.
Cuando los gases mencionados quedan atrapados en la atmósfera, no dejan escapar el calor solar con lo que la temperatura general de la Tierra aumenta. Esto ha acelerado el deshielo de los polos, aumentando el nivel de los mares y alterado el ecosistema de los océanos, además de potenciar la aparición de incendios forestales. Por esto, los fenómenos naturales que se viven son más intensos y ponen en peligro a la población y a la propia naturaleza. Otra consecuencia de los gases de efecto invernadero es la generación de lluvia ácida, la cual daña el ecosistema y puede causar la muerte de plantas, animales y seres vivos debido a sus altos niveles de toxicidad.
Al mismo tiempo, la capa de ozono, que protege a la tierra de un exceso de radiación ultravioleta (UV), ha disminuido. Esos rayos UV han alterado el proceso fotosintético de las plantas y ha traído como consecuencia enfermedades en los seres humanos. Dermatitis, cáncer de piel o afectaciones en la vista son alguna de éstas.
¿Por qué podría aumentar mi consumo energético?
La mayoría de las veces, el aumento en el consumo no se hace de forma intencional. Olvidar apagar la luz al salir de una habitación, dejar conectado el cargador del celular, nunca desconectar el televisor o el microondas son formas en las que se aumenta el consumo energético.
Todos estos gastos energéticos antes mencionados se conocen como “consumo vampiro” y pueden aumentar hasta en un 10% el consumo de luz o energía.
Otra forma en la que se puede elevar el consumo es teniendo aparatos eléctricos antiguos o dañados que no permitan un ahorro energético.
Si tu consumo energético aumenta, pero tienes un sistema de energía solar fotovoltaica no generarás un impacto negativo en el medio ambiente. Es decir, al consumir electricidad de una fuente de energía renovable, evitas la emisión de gases de efecto invernadero.
¿Cómo puedo dejar de afectar el ecosistema?
La forma más efectiva de proteger al medio ambiente y dejar de contribuir a la generación de gases de efecto invernadero, es instalando un sistema de energía solar fotovoltaica. Estos no requieren de combustibles fósiles que, como mencionamos en un inicio, son los responsables de la mayor parte de la energía eléctrica generada en el país.
Además, actualizar tus equipos electrónicos y sistemas de iluminación por unos que garanticen la eficiencia energética es otra buena forma de consumir energía de forma sustentable y ahorrar.